Descubriendo las bombillas LED multicolor de los chinos

Parecen una cosa sofisticadísima, pero ya se pueden encontrar fácilmente a un precio por debajo de cinco euros. Después de llevar mucho tiempo viéndolas en las tiendas de los chinos, recientemente nos hemos decidido a probar una de estas bombillas LED que incorporan un mando a distancia con el que se puede cambiar el color de la luz.


El "kit" está compuesto por esta bombilla de forma extraña y un mando a distancia muy plano con su pila de botón. La carcasa de la bombilla es de aluminio y lleva una lente de plástico para dispersar la luz, aunque de todas formas la zona iluminada será parecida a la que proyecta una linterna. No sirve para iluminar toda la habitación. Además su potencia es muy baja, igual que le ocurre a la mayoría de bombillas LED de las tiendas de los chinos.

El mando funciona bien pero hay que apuntar de frente a la bombilla, ya que el sensor está dentro de la lente. Con las teclas podemos elegir entre 16 colores y tres niveles de iluminación. También podemos encender y apagar la luz con el propio mando, y seleccionar dos modos donde los colores van cambiando automáticamente. En el primero de ellos el color cambia bruscamente una vez por segundo, estilo discoteca, y el segundo modo va cambiando de forma gradual a través de una gama de colores muy amplia. Es muy bonito y relajante.

Los colores son muy puros y brillantes. Debido a esto, si usamos esta bombilla en una habitación oscura, sin otras luces, observaremos un curioso efecto. Según el color que hayamos elegido, algunos objetos y algunas de las teclas del mando a distancia se verán de color negro y serán imposibles de distinguir. Son los colores complementarios. Este efecto puede ser difícil de conseguir con luces tradicionales, pero aquí es muy evidente.

La opción de poder apagar la luz usando el mando nos puede parecer muy cómoda, pero habría que tratarla con cuidado. Aunque la bombilla permanezca apagada, seguirá consumiendo electricidad porque estará "esperando" a recibir una nueva orden del mando. El transformador seguirá funcionando y no sabemos si se podría calentar. De todas formas esta lámpara la tendríamos que poner en un lugar despejado, lejos de objetos inflamables como cortinas o pantallas de papel. Su procedencia no nos ofrece muchas grarantías.

Un detalle a tener en cuenta es que al encender la luz tras haberla apagado con el mando se recuerda el último color que habíamos usado, pero si se enciende desde el interruptor de la pared siempre empieza en rojo y rotando colores rápido en modo discoteca. Estaría mucho mejor que empezara siempre en blanco y no cambiara de color hasta que nosotros queramos. Por esto no es buena idea ponerla en una lámpara de techo, sino que será mejor dejarla para una lámpara auxiliar donde sólo la encendamos en determinados momentos.

Es un artilugio curioso que merece la pena tener, sobre todo a este precio tan moderado. Parece que buena parte de las bombillas RGB que se encuentran en las tiendas chinas tienen por dentro el mismo chip, y por lo tanto tienen las mismas prestaciones. Hay que tener en cuenta el tipo de rosca, que funcionen a 220V y cuantos más vatios tengan se supone que más alumbrarán.

No hemos podido hacer fotos decentes en la oscuridad, pero encontrarás muchas en Internet para ver su funcionamiento.

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