El Ministerio del Tiempo se agota

Ayer empezó la tercera temporada de El Ministerio del Tiempo, una de la pocas cosas que vemos en la televisión en la actualidad. Teníamos ganas de que llegara el momento, pero fue un poco decepcionante.


En primer lugar el horario. Aunque estaba anunciado para las 22:40, la realidad es que empezó después de las once de la noche. Antes hubo un refrito insufrible de escenas de la guerra civil con imágenes de temporadas anteriores y adelantos de la nueva... totalmente para hacernos perder el tiempo. No se aportó gran cosa a la historia, ni siquiera a modo de introducción. Será para no coincidir con tal o cual programa de otras cadenas, pero a quien termina perjudicando es al espectador.

Y el ambiente regular. Demasiado sangriento. Exageradamente violento. La emisión se supone que es adecuada para público infantil a partir de doce años, pero seguramente esta noche más de un niño habrá acabado con pesadillas. La serie ya tenía un público consolidado y fiel, que no necesita este tipo de giro tan dramático. Nos conformamos con la ciencia ficción y los detalles un poco "frikis" mezclando la historia. Para ver muertos, torturas y sangre por todos lados tenemos cualquier otra película americana

Realmente tanta violencia explícita no sirvió para nada. El argumento del capítulo bastante flojo. Nada de múltiples viajes al pasado ni detalles anacrónicos surrealistas como nos tenían acostumbrados de las dos temporadas anteriores. Ni siquiera por ser el primer capítulo habían preparado algo más espectacular. Una historia bastante simple que bien podría encajado en cualquier otra serie de época de tantas como hay. No nos llamó la atención, nada que recordar. Para ver eso no hay que estarse hasta las doce de la noche.

Igual le damos otra oportunidad la semana que viene, porque no nos vamos a plantar a la primera. Pero vamos a ver menos televisión. Es una pérdida de tiempo. Una cosa interesante menos. No conseguido.

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